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Javier Hernández

Javier HernándezGlobal Shapers Bogotá
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Era un domingo soleado cuando nos encontramos con Javier en parque El Virrey de Bogotá, y las hojas de los numerosos árboles susurraban con el viento cuando empezamos la entrevista. Javier es un economista venezolano que nació y creció en el barrio Petare de Caracas, uno de los barrios más peligrosos del mundo. Después de un empujón de una fundación en Petare, la cual le ayudó a estudiar y salir adelante a pesar de los desafíos que enfrentaba, Javier decidió trabajar con las ONGs y en la política venezolana por un rato. Sin embargo, frente a la crisis y persecución en su país, le tocó repensar su trayectoria. 

 

Con un giro inesperado, Javier empezó a aprender más sobre el mundo de las criptomonedas. “Es algo que nos tocó aprender por el hecho de que nos quedamos sin moneda en Venezuela. A raíz de la hiperinflación, el bolívar venezolano se desvaneció y nos tocó buscar otras alternativas no solamente para realizar pagos sino también para ahorrar el valor de nuestro trabajo, y por eso hoy en día Venezuela aparece en los top cinco países donde más se usa criptomoneda”, nos comentó. La inflación en Venezuela en la última década ascendió a una tasa de más de 5.000.000%, lo cual significaba que uno podía recibir su salario en bolívares venezolanos y que un mes después, este salario no valía nada. Sin embargo, la criptomoneda ofrecía una solución a este problema: un chamo podría comprar criptomonedas para ahorrar su dinero, como si estuviera comprando dólares estadounidenses para manejar una divisa más estable y predecible. De ahí que Javier y sus compañeros se hayan percatado de una nueva oportunidad de emprender. 

 

Surgió esta oportunidad laboral en la ciudad de Bogotá, y unos meses después, Javier decidió salir de su país por primera vez y llegó a Colombia junto a su esposa. En Colombia la criptomoneda se vende en descuento, entonces existe la posibilidad de comprar las criptomonedas a un precio más económico en Colombia y venderlas en otras partes del mundo a un precio más alto. Aunque todavía hay muchas barreras a una adopción más amplia de las criptomonedas, además de los desafíos que uno enfrenta al emprender en Latinoamérica, según Javier, le ha ido muy bien en esta capital andina. 

 

Javier empezó a contarnos más sobre su experiencia acá. A pesar de tener que comenzar de cero en Colombia, le encanta el país y recuerda su primera vez llegando al Aeropuerto El Dorado con la mente abierta y dispuesto a adaptarse. Sin embargo, Colombia no era lo que Javier pensaba

 

Nos contó que él creció con muchos prejuicios hacia Colombia, siempre escuchando todos los estereotipos sobre la prostitución y el narcotráfico cuando era un pelado en Petare. De hecho, muchos colombianos viven en este barrio de Caracas, pero son “un prototipo de colombiano muy particular” dijo Javier. El prototipo bogotano no lo conocía, pues muchos de los colombianos en Petare son de la costa colombiana y no de las ciudades más desarrolladas como Bogotá. “Hemos tenido la oportunidad de conocer distintos lugares y muchísimas personas acá en Colombia que sobre todo han hecho que cambiemos mucho las ideas preconcebidas que teníamos de Colombia, y de maneras positivas obviamente”.

 

Cambiando su acento para imitar a sus familiares que siguen en Venezuela y siempre le hacen preguntas sobre Colombia, “¿Allá ponen la música durísimo? ¿Y está todo el mundo gritando?” Me río un poco pensando en el costeño alegre, en ese sabor inigualable que hay en el Caribe colombiano y en cuando yo vivía en La Guajira. “¡Ahora nosotros somos los costeños!” exclama Javier, reconociendo todas las similitudes culturales entre el venezolano y el costeño colombiano. 

 

Esta diversidad humana que tenemos en Colombia es algo que cautiva a Javier. “Una de las cosas que nos parece más fascinante sobre este país es que cada vez que uno viaja a una ciudad distinta, es como si viajara a otro país”. Hasta ahora ha podido conocer Bogotá, Cartagena, Barranquilla, La Guajira y Medellín, cada una llevando su huella encantadora. 

 

Al concluir la entrevista, Javier quería dejarles un mensaje a todos los que siguen nuestro trabajo en Panas en Tabogo: “Yo siempre digo que a veces hablamos de los países como si los países fueran pequeños…decimos que Venezuela es tal cosa, o Colombia es tal cosa, o Estados Unidos es tal cosa, porque nos imaginamos que todo el país se comporta de una manera uniforme”, pero Javier cree que “la realidad de cada quien depende de la esquina del edificio de la calle donde vive”. Este comentario de Javier es precisamente lo que nos motiva a compartir y alzar las diversas voces de la diáspora venezolana en Bogotá. 

 

- Dalton Price

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