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Gerson Monje

Gerson MonjeGlobal Shapers Bogotá
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Muchas veces nos han dicho que la vida se trata siempre de volver a comenzar, de iniciar de cero y perseguir los sueños, que esa es la fórmula del éxito. Esta entrevista me recordó cada segundo esto, porque hablar con Gerson no sólo te hace querer la vida, sino también me mostró lo rápido que pasa el tiempo cuando alguien apasionado, perseverante y amable te cuenta su historia.

 

De Barquisimeto, a Portuguesa, Cojedes y Mérida, de sacerdote a actor y dueño de una sex shop, de jefe a mesero y vendedor; Gerson ha roto todos los paradigmas que podamos imaginar y aún así, siempre apunta a buscar más, buscar la aventura y la excelencia desde una humildad y carisma incomparables. Tuvo que mantenerse solo desde muy joven y gracias a eso, comenzó su propio Sex Shop virtual, que le permitía estudiar y trabajar al mismo tiempo. Sin embargo, la migración nos obliga a dejar cosas y a Gerson le tocó dejar el negocio que había construido y el prestigio que se había ganado en Venezuela gracias a saber que su negocio no era solo sobre juego, sino que tenía una responsabilidad con la educación sexual de su país.

 

Pero la historia de Gerson tiene tantos matices, que estuvo 7 años como seminarista de la iglesia, donde conoció (según él mismo nos cuenta) el orden, la disciplina, la cercanía con las personas y la fuerza interna para poder pedir caridad. Pero cuando te ponen a elegir entre algo que te gusta y tu pasión, la decisión es fácil. Por eso, cuando le dijeron que debía elegir entre estudiar actuación o seguir en el camino del sacerdocio, eligió vivir su vida en las tablas.

 

Una vez se graduó, la historia volvió a cambiar su curso, porque la inflación y la subida de las importaciones, le complicó continuar con la venta de productos, por lo que decidió vender todo y emigrar. Aunque llegó a Bogotá con una base económica, ese dinero se fue consumiendo y al cabo de un par de meses comenzó a trabajar en diferentes cosas: primero, en un restaurante en el que después de despedirlo sin una causa justa, ni siquiera tuvieron la decencia de pagarle el último mes trabajado; luego en una empresa de ventas a domicilio de utensilios para el hogar y después, en una cadena grande de cafeterías.

 

En especial, el trabajo de ventas le ayudó a entender cómo vender en Bogotá y como funcionaban los rolos, su gentilicio y formas, que aunque él es colombiano por nacionalidad, nunca había estado en el país ni tenido cercanía con la cultura. Pero su buen trato hizo que se volviera un vendedor reconocido de la zona sur de la ciudad, y aunque era un trabajo que le generaba buenas ganacias, le creaba unos conflictos internos que le hicieron finalmente buscar otras opciones. Sin embargo, este fue un momento de inflexión en su vida y decidió darle un giro a través de un nuevo negocio, pero para emprender se necesitan unos recursos que Gerson no tenía; aún así, como dije al principio, Gerson es de esas personas que no saben la definición de conformismo, por suerte. Gracias a eso, su única pregunta fue ¿qué tengo que hacer para conseguir un crédito en el banco?

 

Como sabemos, en Colombia conseguir un crédito puede no ser una tarea fácil, sobre todo para una persona que no tiene vida crediticia, por eso tenía no solamente que conseguir un trabajo, sino que debía ser un contrato a término indefinido en el que debía permanecer mínimo un año y medio. Tostao’  se convirtió en la cuna de estos sueños, que tal y como las mejores películas, nunca son fáciles de alcanzar, llevando a Gerson hasta el límite de querer abandonar e irse debido a las personas con quien debía compartir, de hecho, dice que “no había tenido un ambiente laboral tan pesado en mi vida”.

 

Un año y medio después, con una vida crediticia estable y un nuevo crédito, inició con una nueva sex shop “La Celda del Monje”, que al principio se componía de varias cajas dentro de una habitación compartida y servicios de ventas en línea, en donde hasta se las ingenió para utilizar las apps de citas y así conseguir nuevos clientes para su negocio.

 

Pero la vida de independiente se torna en una verdadera incertidumbre cuando llega la pandemia, aunque ¿nos hemos puesto a pensar el éxito potencial que tendría una sex shop en una situación donde el contacto físico está restringido? Exactamente. Y lo mismo pensó uno de sus clientes, que trabajaba para un medio de comunicación y lo invitó a una entrevista, en la que nuestro gran estratega emprendedor se valió de sus alianzas para poder promocionar su tienda, que no tenía un lugar físico.

 

Esta nota hizo que su negocio despegara y no sólo su negocio, sino que su historia empezó a recorrer el mundo, llegando hasta el New York Times. Por esto, en poco tiempo logró una sociedad para abrir la tienda física, que mantiene hasta hoy.

 

Para Gerson, la vida se divide en “ciclos” y siente que dentro de poco llegará uno nuevo; porque al igual que muchos migrantes y nacionales, tiene el deseo de estabilizarse, de lograr comprar una casa con su papá, alrededor de quien nos da una lección hermosa sobre perdón y amor: “mi papá no estuvo conmigo desde los 11 años. Se fue. Y bueno nada, ahorita la vida retorna nuevamente a él. Y es una enseñanza, o sea, es raro, es rarísimo, tengo una persona que me abandonó y ahora yo lo estoy cuidando y no puedo abandonarlo porque no me nace en el alma ¿se lo merece? ¿no se lo merece? (…) gracias a Dios tengo el apoyo de mi papá, de mi hermano, que es fundamental en este proceso.  En este momento, no hay nada más que me interese más que él y mi negocio”.

 

Con todo, Gerson es un enamorado de Bogotá y de Mérida, pero su proyecto de vida hoy lo ve aquí en Bogotá, con un futuro y proyecto prometedor, convencido de que la migración no es cuestión de sacar al país del corazón, sino quedarse con las experiencias y generar nuevas.

 

Por último, cierra con una reflexión que me gustaría compartir: “Yo creo que hay que desprenderse de la realidad en la que uno vivió. Uno cuando migra siempre tiene la añoranza de regresar y no está mal, puedes tener la añoranza de regresar, pero esa añoranza cuando ya pasan 1, 2, 3, 4, 5 años, si continúa contigo, te evita avanzar. Ya estás en una nueva realidad, ya estás en una nueva cultura, ya no estás allá (…) ya no estás en casa, ya no estás en tu país de origen. Tienes que acoplarte a la realidad, a las jergas, a la cultura. Yo tengo todavía amistades que continúan diciendo, 'pero es que en Venezuela no es así'. ¿Tienes tienes 5 años aquí y todo hacía pensando en eso? No, ya es otra realidad, es diferente, es otra gente, conoce. Hay que desprenderse para poder crecer, para para avanzar porque si no paila”.

 

- Sophie Waszkiewicz

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